La iglesia Católica celebra el último día del mes de mayo la Visitación de María (quien lleva en su seno al Hijo de Dios encarnado) a su prima Isabel (encinta a su vez de Juan el Bautista), como un recordatorio del tiempo de alegría que debe reinar en todos los cristianos por tener el Espíritu Santo en sus vidas. La UCLA fiel a su tradición unió esta conmemoración con la Coronación de la Virgen, en una ceremonia realizada en la capilla universitaria del edificio Rectorado, en presencia de sus feligreses.

"Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!»" (cfr. Lc 1, 39-56).

Explicó el presbítero Rafael Loyo que la Visitación de María, hecho narrado en la Biblia, produce diversos efectos en aquellos que visita: por un lado, Isabel queda “llena del Espíritu Santo”; por otro lado, Juan el Bautista “salta de alegría” en el seno de Isabel al escuchar la voz de la Virgen que lleva en su seno a Jesús.

Estos dos efectos que produjo la Visitación de la Virgen se deben a una única causa: Ella lleva en su seno a Jesús, dador del Espíritu Santo junto al Padre y “Dios de la Alegría en sí misma”, puesto que “Dios es Alegría infinita”. La metáfora es que el cristiano por tener el Espíritu Santo debe que nos dará la alegría de Dios.

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Redacción: Lcdo. Mauricio Ramírez

Fotografías: Lcda. Andreyna Perozo